jueves, 27 de abril de 2017

De silencios y otras curas...

Despierto todos los días a las 6:00, para evitar caer en el gusto culposamente cómodo de no hacer nada; lo primero que hago es hacer el desayuno de mi esposa, después procedo a tender la cama y jugar un poco con el Xbox, como buen amo de casa, lavo los trastes y salgo a caminar con mis perros, barro y hago reparaciones generales.

Este proceso no ha sido sencillo, al principio minaba mi espíritu cuestionándome sobre los aciertos y desazones en mi último empleo.

En los peores días, aquellos en que la distimia se mezclaba con la frustración me quedaba la mayor parte del día en cama negándome a escuchar, no a los demás, negándome a escuchar mi cuerpo y espíritu.

Entre las actividades que comencé a realizar fue caminar con los perros, a veces uno o dos kilómetros, a veces solo los veía olfatear en el parque.  
Cierto día decidí pegar un letrero en una tienda cercana donde ofrezco mi servicio paseando perros.  Hace unos días gané a mi primer cliente, camino con un perro labrador llamado Dolly y descubrí que mi cuerpo está desgastado, después de caminar cuatro kilómetros me duelen las piernas y batalle un poco para respirar.

Estos meses en que mi esposa ha sido paciente y he permitido que el trabajo de mi psicoanalista funcione he descubierto una seria de cuestiones bastante serias.

·         Primero:
Que mi cerebro estaba muerto, embebido todo el tiempo en el trabajo, compromisos, estrés, problemas, rutinas típicas del hombre sedentario: absorto en todo, pero atento a nada.
·         Segundo:
Mi imaginación y espontaneidad se estaban secando.
·         Tercero:
Mi capacidad lectora o de razonamiento para las cosas que no fueran relacionadas al trabajo se había vuelto nula.
·         Cuarto:
Esta última me ha impactado más, me volví incapaz de hacer silencio.
·         Quinto:
Mi cuerpo se estaba marchitando y así mi espíritu.

Obviamente hay más que solo cuatro puntos, pero tan poco es mi intención desvelarme en una larga lista, que terminaría en volverse una apología penosa de como llegue a esta situación.


Pero con las pequeñas acciones que he realizado, ya tengo 560 pesos en mi alcancía, mis perros ríen y brincan y bailan conmigo por raro que eso suene, ya puedo estar 5 minutos en silencio mental. 
Mejor aún he podido escribir todo esto. 

viernes, 21 de abril de 2017

Susurros...

     Los viernes de Santa Fe, son de mis viernes Favoritos. Me deleito sentado en un Starbucks escuchando las historias a mí alrededor.

Aquellos de la mesa de un lado ya cerraron un negocio importante, en la mesa a mi espalda una mujer entrevista a unos estudiantes, les da “tips” de cómo responder cuando lleguen con el cliente principal.
 
Hace tres semanas, sin que nos diéramos cuenta a una mujer le sacaron la cartera, hace un mes una pareja termino a un lado mío.

El año pasado me encontré a un apersona de chihuahua que tenía por lo menos 3 años de no ver.

Antes de cualquier Starbucks del mundo, mis lugares favoritos son los aeropuertos, siempre escucho las historias a mí alrededor, imagino la vida de la gente que me rodea, observo a los indigentes, saludo al personal de limpieza y seguridad y casi siempre encuentro a alguien conocido.

A veces si ponemos atención a nuestro cuerpo y vibramos con la energía a nuestro alrededor podemos conectarnos con el entorno y escuchar los corazones de la gente, es como leer un libro con las paginas revueltas, pero congruente y coherente.

Es Magia. 


miércoles, 19 de abril de 2017

Fantasma

Me siento en un libro de terror, hoy es la segunda noche en la ciudad y mis oídos duelen.
Cuando me distraigo escucho el ir y venir de las olas contra las piedras, el rugir constante e imbatible que se colaba en la habitación donde dormí por varios días, es un extraño fantasma que cubre por completo mis oídos, de forma imaginaria los golpea, por encima de los ruidos cotidianos de la casa.
Creo que me voy a volver loco...

martes, 18 de abril de 2017

Mar de Jade

Los últimos días estuve en un lugar llamado Chacala, decidí no cargar la lap y portar mi Tableta, pensando que podría escribir con ella, des afortunadamente no tenía habilitada mi Tableta con acceso al blog y mi celular no contaba con red para recibir la clave de acceso. En el día me abstraje completamente mirando el mar mientras mis perros hacían lo mismo y jugando en la arena con ellos.
En las noches el sonido intenso de las olas golpeaba las paredes de nuestro cuarto y desbloqueaban ideas, temores y recuerdos.
El primer día en mis sueños recorrí habitaciones de un edificio en ruinas y enfrente mis temores infantiles. Despertaba dos o tres veces alterado por el ruido de las olas. El segundo volví a ser niño y a tratar de defenderme de otros niños, de nuevo despertaba ante el ruido de las olas. El tercer día repase mi último empleo y recorrí una escuela para adolescentes, enfrente mi miedo a las alturas al lanzarme en un clavado desde lo alto y desperté a las 5 am para mirar como las olas golpeaban las piedras y rugían en toda la habitación.
Mi mente necesitaba esa ausencia de ruido cotidiano y mundano, no extrañaba el televisor, ni el radio
El ultimo día mi esposa me regalo una noche de meditación antes de dormir y así olvide lo que soñé, pero vaya que desperté agotado.


viernes, 7 de abril de 2017

Comenzar nuevamente...

El problema ha sido ese, comenzar. Tengo la intensión y el deseo de ser freelance, en esta época es mas fácil ganar dinero de formas alternas a las que nuestros padres estaban acostumbrados, cuando comento este punto me enfrento con las siguientes situaciones:

  • Comentarios sobre como me voy a morir de hambre. 
  • Falta de compromiso de mi parte para dedicarme a ser freelance. 
  • Opciones de negocios a las que no les doy seguimiento 
  • Lucha constante con mis paradigmas, "y si mejor me vuelvo a contratar", " me alcanzara para cumplir mis objetivos", "¿Cómo comenzar?"
A ciencia cierta lo mas difícil ha sido comenzar, cuento con el apoyo de mi esposa y amigos, pero lo complicado ha sido vencer mi decidía. 
Creo que no es temor al fracaso, por que realmente no lo he intentado, creo que lo mas difícil es vencer mi temor al éxito y que cuando el éxito se haga realidad tenga que ser constante. 

La constancia es el acto que mas temo y me cuesta tomar. Esa constancia de los retos propios y auto impuestos, no la vivida en mis 8 a 14 horas de oficina de los últimos años.
¿Qué tan difícil puede ser definirme una meta para mi y no para una empresa y realizar mis objetivos de vida? 

Por fin lo dije, temo con todo mi corazón a ser constante en lograr lo que deseo, pero por mas que intento sabotearme el universo me empuja a seguir. 


lunes, 3 de abril de 2017

Camino a DC

Mientras viajaba a DC me sentía como en este momento, distraído, abriendo los ojos de forma ocasional para descubrir cosas que no veo todos los días.

Paso uno...