Rapsodia de junio...

Tengo que hacer equilibrio pero ya, los “mostros” bajo la cama intentan salir de pronto y no hay nadie a media noche para abrazarme, tampoco tengo amigos en los cuales confiar con una llamada, lo acepto no estoy solo por que me guste mucho, estoy solo por que es la única forma que encuentro de protegerme de las malas intenciones de la gente, en mi espacio vacío las mentiras que me digan no me tocan, en mi espacio vacío la gente en mi cabeza es honesta y no me anda ocultando cosas, en mi espacio vacío no hay dobles intenciones, en mi espacio vacío no hay forma de dañar a nadie, por que es precisamente eso, un espacio vacío.

Digo encontrare los reclamos de la gente que me conoce diciéndome pero si siempre estoy para ti, sabes donde localizarme, etc., quizá de todos los que leen estas paginas solo hay una persona que entiende lo difícil que es para mi confiar en la gente y como es tan fácil quebrar esa confianza con una mirada desviada, con la búsqueda irracional de sombras cuando no se deben buscar, con las falacias que se me dicen esperando que me las trague sin decir nada y efectivamente me las trago sin decir nada.

Comprendo que la mayoría de la gente no entiende ni comprende las cosas que digo, ni como las digo y cada quien las toma de acuerdo a sus fantasmas demonios, problemas, percepciones, traducciones que sus amigos les dan, carencias emocionales, decepciones, tardes de café, misantropías, necesidades de sentirse atacados, perseguidos, paranoias, neurosis, desengaños, estragos emocionales, .

No me reconozco, para ser exacto ni siquiera me doy cuenta de lo que digo, de cómo lo digo, de si grito, de si no grito, de si me enojo y el realmente por que me enojo sigue siendo una total incógnita y aunque trato de verlo todo lo mas objetivamente posible, no encuentro ni pies ni cola al gato.

De ser un hombre de tantos rostros, he perdido la mascara y me he confundido, creo carecer de identidad definida en cada lugar en el que me paro, creo carecer de la confianza para ser, creo que me sobra un coche y necesito de alguien que quiera caminar conmigo por horas, creo que quiero huir, llegar a ese mar que a veces extraño tanto y quedarme viéndolo noche y día sin tener que regresar a casa, sin tener que responderle a mis padres o amigos por que no quise ir a verlos, creo que me canse de la responsabilidad terrible de ser amigo y decidí cuidar de mi, poco o mucho pero hacerlo.

Odio que me llegue la fragilidad y que cuando llega nunca tengo un lugar donde caerme a pedazos…

Ayer llegue a la casa, apague el coche, cerré los ojos y me quede a dormir dentro de el.
Ayer revise de nuevo el medidor de la gasolina, mi cartera y ambos estuvieron de acuerdo en que no había forma de escapar de esta ciudad otra vez.

Lo cierto es que cuando salgo de la casa me veo y siento como una persona completa, pero dentro de mis espacios vitales no puedo evitar colgar el disfraz y querer escapar de la vista de todo aquel que puede identificar como me siento.
Esa pared invisible que no puedo identificar donde me siento limitado, controlado y manipulado…espero que la identifique primero mi cerebro antes que mi corazón.
Quizá si fuera un poco mas normal… y me gustaran los coches, los tables, las peleas, el fútbol y las cosas que a los demás les suben el ego me lo hicieran a mi también, pero no, yo sigo esperando mi puto pastel de chocolate, mi gelatina de fresa, mi rosa roja de tallo largo, un libro leído al oído, mis 5 minutos de silencio, la muerte del atardecer, el despertar de una mañana, todas esas porquerías que quiero borrar de mi existencia llenándome de bienes materiales y situaciones extraordinarias, de trabajo, de viajes y superficialidades…

En serio ya no se que hacer ni como seguirme escondiendo…
Que alguien me apague el corazón…