Conforme los cambios suceden, más cosas me suceden.
He cobrado conciencia de la gente que ha desaparecido en mi
vida, por cuestiones que yo he provocado o por cuestiones que ellos cargan en
su interior. Estas ultimas que se van
sin despedirse y sin oportunidad de saber por que lo hacen, son a veces las que
más me confunden.
Sufro de esta terrible sensación de adolescente en proceso
de crecimiento al que le duelen las piernas, la cabeza le da vueltas y confía en
que mañana será un día mejor, sabiendo que el que era hasta hace unos días su
amigo simplemente desapareció.
Esa dicotomía diaria, entre el hacer o no hacer, entre
querer o no querer, y esforzarme o no, las palabras que se contraponen a los
hechos y sirven para encubrir la falta de disciplina y voluntad para avanzar. Los pensamientos aleatorios como este y que
carecen de sentido, son casi mi día a día. Y luego doy ese paso adulto, tomo
esa pequeña decisión de poner la mano en la ventana para sentir al sol o
simplemente hoy si empujo la puerta y salgo.
Hoy es de esos días en los que solamente extraño ser inconsciente…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario