martes, 3 de abril de 2007

la Antesala...


Debo Decir que cuando apareció la primera vez mi primer impulso fue salir corriendo, con el paso del tiempo quizá me dedique a cerrar los ojos a muchas cosas, y poco a poco las cosas mas raras me parecieron sumamente normales o incluso alucinaciones mías, aquellas figuras que pasaban corriendo frente a mi, los susurros y las voces que gritaban mi nombre o simplemente me sugerían hacer cosas que podrían parecer irracionales pero que me llegaban a ayudar mucho.

Con el paso del tiempo el ver la muerte, hablar de cosas malas sin llegar a sentir algún remordimiento o ninguna compasión semejante a la de la gente que me rodeaba me pareció una extraña diferencia pero lo justifique diciéndome que muchas veces la gente solo dice lo que los demás esperan oír, esa costumbre infranqueable de alimentar el miedo al rechazo y ser prudentes y formales.

Después de días de encontrarse muerto, ver pasar a mi abuelo frente a mis ojos implico para mí decir que era alguien que se le parecía, cosa semejante me sucedió con mi tío Armando.

Creo que aun cuando no se en que momento sucedió, llego ese amigo sumamente oscuro que me aconsejaba en las noches, quizá una forma en que mi subconsciente encontraba la manera de comunicarse conmigo para solucionar mis problemas.

A los 14 años, sucedieron más cosas que me provocaron una desesperación enorme, cosas que contrastaban enormemente con mi creencia de la realidad que queremos ver y aceptamos como real diariamente, ese periodo largo de ver sombras, de sentir cosas raras, de aceptar que la mente puede hacer cosas que nos han enseñado que son supuestamente imposibles, imposiciones lógicas, religiosas y sociales, terrores nocturnos, susurros inesperados, señales.

Tengo testigos, algunos de ellos siguen siendo mis amigos, algunos con su muerte me confirmaron que esas sensaciones son reales. Aunque Dios (sea cual sea) se ha encargado de hacerme mas leve las cosas que quizá en algún momento pudieron volverme loco.

Con el paso del tiempo, mas bien de los 24 años para acá me esforcé por hacer lo mas normal posible mi vida, salirme de ese circulo vicioso de maldad profunda aceptada y creo que nunca querida.

Pero la maldad también envuelve de otras maneras; toma el disfraz de apatía, de viceralidad, de desesperanza, de amargura, de ausencia de fe y otros defectos del carácter que no recuerdo. Se torna difícil combatirla cuando empieza a ser piedra y no viento que impulse tus alas.

Dice mi mejor amiga, la cual fue mi novia durante años, que le dolió que en mis cambios y enfrentamientos con ella no la incluyera, pero creo que siempre he tratado de combatir esa maldad solo, aun cuando recurro a mucha gente por información, pero siempre me ha dado miedo que esa maldad se salga de control y arrase con todo o todos los que amo, quizá escoja siempre el camino mas difícil al enfrentarla solo, al alejar en este momento toda oportunidad de tener a alguien cerca en una relación que implique algo mas que amor fraternal, y aunque se (o espero) que el cambio o lo que enfrento no será brusco, lo que llevo dentro me crea una maraña enorme de confusión y tristeza que no quiero compartir con alguien que cuando se vaya a dormir va a seguir pensando en mis emociones.

Tomando en cuenta como he contaminado mi ambiente durante tantos años, decidí embarcarme en una aventura de conocer gente que me aporte cosas nuevas, con energías diferentes, con puntos de vista distintos.

Así conocí a Pedro en el momento más fuerte de mi cambio, a Alma que se volvió equilibrio con su vibración tan diferente a la mía, a Daniel que me recordó la persona que era antes de llenarme de soberbia, a Raquel que me escucho durante meses de problemas internos, a mi Grillo que llego en el pico mas alto de mi descontrol, a Ángeles que puso a prueba mi paciencia, a Elsy con todo y su Annel que me recuerda que puedo aportarle algo bueno a la gente, a Abril como mi amiga y ahora si confidente y mas gente que no cabe aquí.

Así que camine mucho pensando en que hacer, y recibí un mensaje, y después de mucho reflexionar me llego una pequeña epifanía que me ha ayudado a escuchar con mas claridad los susurros buenos y malos.


“Hay que Hacer que las cosas sucedan y que valga la pena”, como odio esas ultimas cuatro palabras juntas.

Es hora, aunque no puedan entender mis alianzas, o que hago o por que.

Solo Hay que hacer que las cosas sucedan, que la Magia Comience…después que hable el Universo… MI Universo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

como sabes que el camino que estas tomando es el adecuado?
lo pregunto porque yo me siento perdido.

Dano Herrera dijo...

No lo se, eso es lo emocionante pero sigo lo que mi corazon e instinto me dictan..

Anónimo dijo...

AMIGOOOOO!!!!! TE QUIERO!!!! SUERTE!!

Paso uno...