Cartas...

 Estos días he armado una especie de rompecabezas de tu vida en mi cabeza, imaginando las conversaciones que me cuentan y contemplándote en mi imaginación. Me pregunto que pensabas y como viviste esos últimos meses.

Es complicado el hueco que deja la gente que amas cuando mueren.

Es complicado todo el revuelo de ideas y cosas que me pasan por la cabeza.

En tu vida siempre me sentí apoyado por ti, en este momento que te has ido me siento con pistas sobre el curso de acción a tomar, por que al parecer por motivaciones diferentes queríamos tomar un mismo rumbo. Siento como si hubieras dejado un camino de migas a través de este bosque y lo estoy siguiendo. 

De la ansiedad y otros demonios...

 Estos días he tomado el tiempo para meditar en mis ciclos y en las similitudes que contemplo en mi vida y mi percepción de algunas partes de la vida de mis padres.

¿Qué cosas he estado repitiendo sin darme cuenta?

¿De qué forma torcida repito patrones tóxicos?

¿Qué cosas de ellos admiro y repito que en mi vida no me funciona?

Esta ultima pregunta creo que ha sido la mas persistente en estos días, porque me es difícil contemplar algo bueno en mis padres como un defecto o problema en mi vida.  

Aclaro no los culpo de esos detalles, mas bien pienso en Cómo tomarlos y moldearlos para mi beneficio.

Segundo y Adicional a esas preguntas la ansiedad del cambio ha estado tocando a mi puerta. La ansiedad de ese cambio necesario que se da después de un largo periodo de tiempo sedentario, con todo seguro, con todo dominado.

Tercero, ansiedad al ver el recuento de las veces que no complete el trabajo como yo quería o debería hacerlo cuando el resultado solo fue satisfactorio y no supero mis expectativas.

La cuestión se ha torcido hasta preguntarme de nueva cuenta en que cosas soy bueno, que quiero hacer y hacia donde quiero enfocar mi vida profesional. ¿Cómo organizar mi tiempo y cómo enfocar mi mente para estudiar y aprender cosas nuevas? 

¿en qué? 

El cambio me pone nervioso y me está emocionando...