Escribir de nuevo es
como encontrar de frente aquel amor imposible; doloroso pero a la vez
reconfortante.
Curiosamente las excusas planteadas para dejar de escribir
en este o en cualquier medio son las mismas que utilizo para evitar hacer
cualquier cosa en mi cotidianidad.
Falta de tiempo, falta de herramientas, mucha gente
alrededor, “lo hare más tarde”.
Las mil y un excusas que me pude inventar son equivalentes a
detener el flujo del reloj de arena esperando que el tiempo se detenga.
Todo dolía, dolía hacer y dejar de hacerlo, y mi cerebro se
estancó y se durmió en un raro letargo.
Creo que la magia en nuestras vidas se alimenta de hacer lo
que más nos gusta, sea lo que sea (así de peligroso es esto), aun a riesgo de no
ser comprendidos o ser los mejores o ser los peores.
Es simplemente hacer lo que nos gusta, sin evasiones, sin
excusas.
Me esposa antier me recordó eso cuando miraba mi mano y me decía
que las líneas habían cambiado.
Tuve que pasar todo un día paralizado dándome baños de autocompasión
y evadiéndome, llegar a la noche y buscar un problema con ella, sin palabras
para explicar el dolor del pecho, quizá el reflejo de como descubría que el
tiempo me había embaucado con la idea de que después podría realizar todos los
planes que tengo en mi cabeza.
Entonces fue más claro que tenía que volver aquí como punto
de partida y continuar con el camino en mi cuaderno, ordenador o día a día un sueño
a la vez
3 comentarios:
felicidades por regresar a su inicio
Es curioso como todos los blogs acaban teniendo una reflexión parecida.
Me gusta pasear por los blog y encontrar gente tan interesante escribiendo, y yo leer con mi mayor entusiasmo y no poder escribir igual de bonito.
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