Lo cierto es que este es mi ultimo día, me acuso de haber hecho todo lo malo que mi religión haya establecido, de haber caminado sin rumbo, de perder la fe, de mentir, de robar, de haber estafado, de haber traicionado, de huir de los problemas, de evadir las circunstancias, de haber buscado desde siempre mi propia identidad, de faltarme al respeto, de depender de la gente, de dar lastimas, de haberme amargado.
Recuerdo a los 17 años mi mejor amigo me dijo, “solo descubre quien eres”, esa fue la pauta para decidir tomar por la vía difícil todas las decisiones que después siguieron. Así que decidí ser todas las cosas y personas que veía a mi alrededor, con una sola promesa en mente, sin importar lo que pasara recordar lo que yo consideraba mi esencia y mi personalidad, concluí que cuando me cansara de ser todos a mi alrededor podría retomarla libremente y seguir mi camino en paz. Pero hubo un momento en que eso me pareció imposible, en que los pecados y la conciencia no me dejaban dormir tranquilo, en que la única manera de seguir parecía ser; el seguir mintiendo y destruyendo lo que me rodeaba y lo que conseguía.
Este año llego la señal que esperaba, mi epifanía especial, este año decidí celebrar como mi cumpleaños todo el mes de septiembre, y creo que solo una persona lo intuyo, como siempre ese fue mi Padre, que fue la primer felicitación que recibí.
Decidí volver a retomar mi esencia, cumplir mis promesas, cuidar de mi, dejar de mentir, de dañar y de evadir, decidí retomar lo que era y lo mejor de lo que soy para construirme un camino sin dudas y sin arrepentimientos, decidí volver a dormir tranquilo, volver a confiar y a amar, decidí dejar de excluir a la gente de mi vida y dejar que los que no debieran estar en ella se fueran solos, permitir que los que decidieron irse regresaran y retomar el control, el auto respeto y el amor a la vida.
La mente es un mounstro de mil cabezas y no pienso dejar que este me derrote, las únicas expectativas validas son las mías y soy quien soy sin poder ocultarlo. La vida se construye día a día y cada decisión tomada nos entrega siempre resultados buenos o malos, no solo he hecho cosas malas en mi vida, también he sido honesto, leal, fiel, responsable y muchas otras cosas que he visto a lo largo de estos años que todos quieren pero pocos valoran.
Hoy como el penúltimo día de mi larga búsqueda me siento contento por que a pesar de haber sido todo lo que siempre odie ser, siempre pude ser quien soy con aquellos que siempre he amado aun cuando algunas veces olvide quien soy, pasado mañana cuando mi cumpleaños termine me daré el mejor regalo de mi vida, ser yo aquí, allá y en todos lados ante mi y los demás, sin ser “barato como vino de tetrapak” y entregándome lo mejor de mi, sendo tan caro como se que solo yo puedo llegar a ser y llegare tan lejos como deseo.
No debemos ser esclavos de los demás, la prisión puede ser tan invisible como un “te amo”, un “yo te di la vida”, “tu me hiciste lo mismo”, “soy tu padre”, “soy tu mejor amigo”,un “me lo merezco”, solo nos queda sernos fieles hasta la muerte y buscar por todos los medios ser felices aun cuando nuestro concepto de ser felices sea incomprensible para los demás, no podemos ser esclavos de nuestros errores, ni de nuestros aciertos, no podemos ser esclavos de nuestra felicidad ni de nuestra tristeza, no podemos siquiera pensar en ser esclavos, por que sin importar que tan bueno o malo haya sido el resultado, sin importar lo inconscientes que hayamos sido la realidad siempre supera nuestras expectativas y lo cierto es que no debemos ser esclavos de nuestras expectativas, ni de la realidad.
Y sin temor a equivocarme digo
Gracias por llegar en el mejor momento, el cual siempre es toda la vida.
Gracias Enrique...por ese regalo hace 11 años
Daniel Salvador Herrera