lunes, 14 de mayo de 2007

Andando...


Lo cierto es que deje los zapatos detrás de la puerta, camine descalzo sobre el pequeño sendero oscuro y enfoque todo la fuerza de mi mirada en encender una pequeña luz esperanzadora, por mas que el silencio impedía establecer las distancias entre la oscuridad mis pies caminaban sin tropezar.

Te llamé pero las palabras solo hicieron eco en mi cabeza, comprendo la confusión existente, el automatico sistema de defensa que se genera en la ausencia de certidumbres y la presencia de demonios pasados.

El desconcierto se hizo latente en mi pecho, el cual brincaba de arriba abajo, mientras tu presencia me envolvía por completo, ese caminar pausado en el que solo me guiaba por tu aroma, sin prejuicios, sin expectativas, sin preteritos perfectos ni futuros constantes, donde decidí vivir sin nombrarte, con tu sabor en los labios mientras dure, mientras dura, mientras esta.

Sin el deseo de detenerme, con la única intención de tomar té y caminar…

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