Las oportunidades son curiosas, a veces vienen disfrazadas
de desastres, de mensajes, de risas, a veces llegan y golpean la puerta como si
quisieran tirarla, otras veces es un susurro casi imperceptible.
Es estos días he estado detenido frente a la puerta de la
oportunidad decidiendo si entro o no , mientras que todo me empuja hacia la que
tenga enfrente.
He conocido gente emprendedora, y he tenido la oportunidad
de observar sus patrones, su forma de exigirse y su entusiasmo, me queda claro
que no se puede ser un “muerto” y vivir sin color la vida.
Entre las festividades de mi cumpleaños y el trabajo,
invente muchas excusas para no estar aquí y no estar allá.
Siempre podemos tener excusas, lo malo es creerlas y
permitir que nos dominen…
Eso aprendí estas semanas…